Pues sí, nos encontramos en un lugar llamado Mira, lo habíais escuchado alguna vez? Nosotros tampoco, pero estamos rodeados de gigantescas montañas, al norte de Ecuador, provincia del Carchi, aquí tienen mal de altura hasta las arañas... Estamos con Berta, una maravillosérrima sevillana-cordobesa que está por acá unos meses entrevistando a peña de las comunidades de la zona sobre temas medioambientales y de género.
Esto es todo mu bonico, hay animalicos (perros, gatos, canarios) por todas partes y plantas a tutiplén. Estuvimos en Quito y Carla se lo pasó pipa haciendo rimas (con poquito, con barquito, con marquito, y así un millón de veces -aún continúa la fiebre...). Joder qué puntazo, en Atlanta, después de que nos maltratasen a los dos un poco en el control de inmigración (a Carla más que a mí, flipad, juajua) nos montamos en el avión con Giovanni, un tipo ecuatoriano afincado en Birgingham (Inglaterra) desde hace 16 años, que volvía a casa después de 12 años. El tipo hablaba sin parar y me estrujaba en el asiento, pero eso no es lo importante. Lo mejor es que dos días después nos lo encontramos en el parque La Carolina con su primo tomando cervezas y no quedamos toda la tarde con ellos ayudándoles a vaciarlas. Lo demás no podemos contarlo...
Nos alojamos en casa de Rita y Osvaldo, una venezolana y un colombiano que nos trataron muy muy bien, nos dieron de comer muuucho y muuuy riiico, nos contaron miles de cosas, nos llevaron a unos cuantos lugares, entre ellos a un pub de estilo inglés donde actuaba su hijo, acabamos bailando tomando chupitos de tequila al son de Los Ramones en directo... loco live... y nos llevaron a comer cuy (una especie de rata doméstica con cabeza y patitas del rollo Freddy Crugger).
Fuimos al volcán Cotopaxi, el muy jodío no se dejaba ver con sus nieves perpetuas, todo nublao y mucho frío (cuando subamos las fotos lo veréis, se nos olvidó el cable de la cámara en casa y no tenemos llaves, jeje). Al final nos permitió verlo con su capuchón blanco como esas pastas de té alargadas con azúcar glacé por encima. Decían que el volcán es pudoroso, un Dios que no permite a los extranjeros que lo vean, pero al final se apiadó de los güeritos.
Estuvimos en Otavalo, con su mercado de artesanías. Allí descubrimos que el mantel que le compramos a mi madre en Oaxaca no era de Oaxaca sino de Otavalo, Ecuador, unos kilómetros más abajo. Allí las indígenas van con vestidos preciosos y collares de oro, y ellos visten coleta, sobrero y zapatillas de andar por casa blancas. Nos alojamos en una suite para siete personas, menos mal que las otras cinco no llegaron al hotel esa noche.
Los desayunos y los almuerzos son espectaculares, tanto que no nos queda dinero para cenar...
Qué más contaros, hemos estado en una reserva de frailejones, que no son curas lugareños expulsados de sus hogares, sino unas plantas muy chulas endémicas de este lugar, está petao de esas plantas, es precioso, si no fuera porque la niebla no nos permitió encontrar al guía.
Seguiremos desvariando....
Eso,
ResponderEliminarsigan desvariando!
eso eso... qué emoción!!!
ResponderEliminarahora ya he vuelto de mis cursos y ya me he hecho vuestra seguidora... me he acordado de vosotros mucho estos días, haciendo una formación en método GIM, terapia que consiste en aprender a hacer "viajes interiores" con música... y he viajado mmuuuucho... y me acordaba de Carlita y Ernesto viajando también, pero hacia el exterior... y seguro que también están viajando hacia el interior... contadnos porfi, de esos viajes exteriores e interiores... y que la gente escriba!!! que este blog se tiene que convertir en un hito generacional!!! je je...